Del otro lado de la cámara
Nunca me pareció un oficio fácil el modelaje, y me arriesgo a decir que es la tarea más arriesgada del mundo gráfico. Entendí con el tiempo que como fotografes arriesgamos al juicio externo nuestras creaciones, pero nunca quedan tan expuestas como quienes se ponen al frente de la cámara para darles vida.
Es por ello que decidí autorretratarme y participar de sesiones donde modelo, y eso me ha hecho apreciar aún más el oficio del modelaje. No me denomino modelo, porque para ello se necesita formación, experiencia y dedicación. Características que no poseo, pero si puedo decir que han sido gratas experiencias de autoconocimiento y que también me dieron la posibilidad de ponerme en lugar de quienes si lo son. Lo cual provocó en mi un hermoso sentir hacia elles: admiración.
En ésta faceta desarrolle un nuevo tipo de comunicación y reconocimiento de mi cuerpo, y celebro poder reconocerme en estas imágenes. Mi cuerpo no es todo lo que soy pero si una gran parte: es mi vehículo de experiencias sensoriales, el lienzo de mis insignias, con lo que elijo representarme, y por sobre todo una fuente infinita de placeres.